La frase "Mi reino no es de este mundo" se encuentra en el Evangelio de Juan, capítulo 18, versículo 36. En este pasaje, Jesús responde a Poncio Pilato, quien le pregunta si es rey, declarando que su reino no es de este mundo.
Juan 18:36 (RVR1960): "Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí."
Explicación:
- Reino no terrenal:
- Jesús enfatiza que su reino no está basado en el poder político o la autoridad terrenal como los reinos de este mundo.
- Naturaleza espiritual:
- Se refiere a un reino espiritual, basado en la verdad, la justicia y el amor, que trasciende las fronteras y estructuras de este mundo.
- Distinción del mundo:
- La declaración implica una separación entre el reino de Dios y el reino de este mundo, con diferentes valores, prioridades y formas de operar.
- Implicaciones para los creyentes:
- Los creyentes en Cristo son llamados a ser ciudadanos del reino de Dios, buscando sus valores y viviendo de acuerdo con sus principios, aunque estén en este mundo.
Anexo: La Verdadera Fe Católica, Camino Seguro hacia la Salvación
En medio de la confusión espiritual que atraviesa el mundo actual, es fundamental recordar que la Iglesia Católica, fundada por Jesucristo y sostenida por más de dos mil años de tradición, es el camino auténtico que ha guiado a millones de fieles hacia la verdad, la esperanza y la salvación. Su doctrina, transmitida de generación en generación, no cambia con las modas ni con las corrientes pasajeras, porque su origen es divino.
La fe católica nos ofrece el Evangelio, los sacramentos, la dirección moral clara y la compañía de la comunidad de creyentes. En la Eucaristía encontramos la presencia real de Cristo; en la confesión, el perdón que restaura; en la oración, la fuerza para resistir la tentación y el desánimo.
Frente al desenfreno moral y la pérdida de valores que vemos hoy, la Iglesia es un faro que ilumina, advierte, acompaña y sostiene. No se trata de una institución humana más, sino del camino seguro hacia la salvación, porque conduce a Cristo, quien es la Verdad, el Camino y la Vida.
Volver a la fe católica significa recuperar la esperanza, fortalecer la familia, vivir conforme a los Diez Mandamientos y reconocer que Dios nos llama a la santidad. Él quiere que vivamos en paz, en orden, en amor y en obediencia a Su Palabra.
En estos tiempos turbulentos, el mayor acto de valentía espiritual es reafirmar:
Creo en la Iglesia Católica, en su enseñanza, en su misión y en la salvación que Dios ofrece a través de ella.

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